La variedad de estafas más comunes en Internet prosigue con los siguientes ejemplos: Oportunidades de Negocio y Timos del tipo “Trabaje desde su propia casa”: Se ofrece la oportunidad de trabajar desde el hogar y ser su propio jefe enseñando unos planes de ingresos muy elevados. Claro que para empezar es necesario invertir en la compra de alguna maquinaria o productos que jamás tienen salida.

Planes de Inversión para hacerse rico rápidamente: Promesas de rentabilidades muy altas y predicciones financieras con seguridad absoluta sobre extraños mercados que, una vez investigados, suelen encubrir operaciones fraudulentas.

Fraudes en viajes o paquetes vacacionales: Consiste en vender viajes y alojamientos de una calidad superior al servicio que realmente le prestarán en su destino, y también pueden cargarle importes por conceptos que no se habían contratado.

Fraudes telefónicos: Un sistema bastante extendido en los sitios de sexo consiste en pedirle que se baje un programa y lo instale en su ordenador para que le permite entrar gratuitamente en la Web. Pero lo que sucede es que, sin que usted lo sepa, el programa marca un número internacional de pago (por ejemplo tipo 906 en España) a través del cual se accede a la Web, por lo que mientras usted se divierte viendo fotos y vídeos su factura telefónica se incrementa vertiginosamente.

Fraudes en recomendaciones sanitarias: Recetas milagrosas para curar cualquier enfermedad se encuentran frecuentemente en la Red, la mayoría de ellas sin ningún respaldo médico o control de autoridades sanitarias, por lo que aparte de ser una estafa, ya que no producen los resultados prometidos, pueden incluso suponer un riesgo adicional para la salud del enfermo.

Sin lugar a dudas, no hay mucha diferencia entre lo que hacen los estafadores en Internet y lo que se ha estado haciendo en la vida real durante siglos. La única diferencia es que en la Red los estafadores en Internet cometen sus delitos sin dar la cara, por lo que el riesgo es menor y desaparecer mucho más sencillo.

La receta para no caer en las manos de los estafadores en Internet es sencilla: comprar exclusivamente en sitios Web de confianza, y alejarse de quienes ni siquiera dan su dirección real o su número de teléfono, o sea, los estafadores en Internet.