Desde su debut 30 años atrás, que marca el inicio de las reformas en China, la ciudad costera de Wenzhou, perteneciente a la provincia de Zheliang, ha estado a la vanguardia de los experimentos con la empresa privada, y como resultado, su ingreso promedio ha sido el doble del resto del gigante asiático.

Sin embargo, un par de años atrás se produjo un colapso: miles de personas dentro del sistema de préstamos no oficiales de repente no pagaron, y tras una investigación, el Banco Central de China reportó que el 89% de los hogares y el 57% de las empresas habían pedido dinero prestado, pero no al sistema bancario oficial. El origen de la crisis fue un sistema bancario subterráneo, denominado “banca en la sombra”. Entonces toda una red de personas y organizaciones que parecía venirse abajo no sucumbió gracias a sutil rescate organizado por el gobierno de Wenzhou.

Para los empresarios y particulares de Wenzhou, banca en la sombra es sinónimo de fideicomisos, sociedades de arrendamiento financiero y de seguros, o cualquier otra institución financiera no bancaria que realiza funciones de banca sin licencia. Cada país tiene prestamistas no oficiales, pero el de China es enorme, al extremo que se calcula en el 20% los préstamos provenientes por esa vía. Individuos, empresas, incluso gobiernos locales, impedidos de conseguir préstamos de los bancos estatales desde hace años, acuden a esa fuente no oficial.

En Wenzhou los empresarios consideran que a pesar de que los intereses son altos (del 24% y 30%), sin los préstamos de la banca en la sombra no podrían tomar pedidos grandes. Por lo general los préstamos son a pagar en 3 o 5 días, lo que le da la fluidez que tanto necesitan. La banca a la sombra es rápida y eficiente, todo lo contrario que la banca oficial, aunque sus intereses sean mucho menos elevados.

Tras la crisis desatada en Wenzhou, el gobierno chino desarrolló un programa de préstamos no oficiales registrados, o sea, convocando a los banqueros sombra y prestamistas en una suerte de “amnistía”. Como era de esperar, nadie se presentó. Sin embargo, Zhou Dewen, el funcionario local a cargo del programa está convencido que la banca en la sombra se puede regular, a pesar de que representa un riesgo significativo.

"En China la banca en la sombra ha alcanzado un nivel muy alto. Pero sin leyes ni supervisión, semejantes cantidades de préstamos supondrán una gran amenaza, pues resulta muy arriesgado y además ha sido causa de muchas crisis".